Tuve la gran oportunidad de ir a un "Retiro de Damas" organizado por la iglesia a la cual asisto.
No fue fácil dejar a mi hijo pequeño, me comían los nervios de saber que no estaría con él y mil preguntas me asolaban; que si la muda; que si el biberón; que si tuviera fiebre,...en fin.
Más, animada por mi esposo, organizé el bolso y me dispuse al viaje.
Hacía tanto tiempo que no salía, que ya extrañaba el modo de andar con bolsos rumbo al metro, y no faltó quien me ayudara, eso fue lo mejor que me ocurrió, porque el ascensor del metro estaba en reparaciones.
Me reuní con mis hermanas en Cristo para la salida y me acomodé en una "Van" que gentilmente dispusieron para el viaje.
El calor bordeaba los 30 grados ese día,me coloqué las gafas de sol y enrumbamos a nuestro destino.
Al llegar todas fuimos "una en el Señor", nuestro devocional tardío, quebrantó nuestras almas y también festejamos el hecho de reunirnos y comentar cosas especiales de nuestra vida.
Rompimos la dieta y salimos a caminar por la playa durante algunas horas.
Era un relajo.
El respirar profundamente el aire impregnado de humedad salina, escuchando las olas batiendo en la orilla me sonaban a sinfonía divina.
Sin duda mis dolores articulares tuvieron su descanso por aquellas horas benditas y pude caminar a la orilla del mar el tiempo preciso para descansar mi espalda.
La tensión disminuyó.
Dormimos muy agradecidas de aquel beneficio que Dios había provisto para nosotras.
Al día siguiente nos esperaba un desayuno especial...
En cada mensaje Dios tocó nuestro corazón, abriendo nuestras historias de vida, brotando de nuestros labios anhelos personales, y sobre todo, nuestras principales preocupaciones.
"Cada devocional ejercía una masaje aliviador a la presión de la tensa cuerda que de pronto manejamos en todo orden de relaciones afectivas y posición en que nos encontramos como mujeres.
Culminamos nuestro retiro con un ejercicio espiritual a orillas del mar, un tiempo a solas, una entrega simbólica en donde las manos del Señor recibían en cada oleaje nuestra rendición, en un pequeño texto escrito con nuestros ruegos íntimos al Señor.
Quisiera, al concluir, hacerle una pregunta a modo de reflexión personal ...
¿Cuándo dejará de tensar la cuerda de su vida aplicando fuerzas y convicciones propias en la resolución de problemas?
Su autosuficiencia, los rencores añejos de pasado, su inseguridad y su falta de perdón, proveen de "tensión extra" y usted no necesita llevarla en su espalda, porque Cristo ya las cargó en la cruz por usted.
¿Quiere descansar mi hermana en Cristo?
Entonces ríndase al Señor en una oración privada; develando su posición errada y sus pensamientos heridos y entrégue sus cargas al Señor y él le dará un nuevo comienzo al dejar que él tome el control absoluto de su problemática, porque él tiene la respuesta exacta a su vida .
¿Quiere descansar mi lectora amiga?
Si usted no conoce aún al Salvador, entonces ábrale su corazón y pídale al "Señor Jesús"en una oración personal, que sea su "Gobernador y Señor" y experimentará el alivio del perdón de sus pecados y el lastre de su vida caerá inmediantamente al fondo del mar y usted será libre para siempre y gozará de los enormes beneficios de ser su hija, porque él se encargará personalmente de guiar su vida.
¡Sean muy Bendecidas!