lunes, 11 de septiembre de 2017

Hebreos 5:1-12


Cristo nuestro sumo Sacerdote; él es superior al sacerdocio levítico.
Cristo también fue Profeta el cuál hablo todo lo que Dios quería decir, es Sacerdote sin pecado, quien nos representa a los pecadores redimidos en su sangre, mediador y es Rey que viene.
Podemos acercarnos a Dios mediante él y cada uno de nosotros, los creyentes, podemos ofrecer adoración plena en la alabanza, frutos de la obra de nuestras manos, mente y de nuestro tiempo y la oración, todo hecho con la medida que se debe en la libertad que Dios nos dio; en reverencia, obediencia y pleno de madurez espiritual y quien extiende toda su misericordia para perdonar nuestras faltas cuando las confesamos.
¡Dios lesbendiga!

Hebreos 5:1-12
1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;
3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
4 Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón.
5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo:
Tú eres mi Hijo,
Yo te he engendrado hoy.
6 Como también dice en otro lugar:
Tú eres sacerdote para siempre,
Según el orden de Melquisedec.
7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
10 y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.
11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.

Hebreos 4:1-!6


Dios conoce cada uno de nuestros pensamientos y las intenciones de nuestro corazón y si queremos estar en comunión con él, no endurezcamos nuestro corazón si estamos mal, confesemos nuestras faltas para alcanzar perdón y descanso.
Acerquémonos a nuestro sumo sacerdote, el Señor Jesús, abandonando la fuente de nuestro mal actuar y mostrando disposición al cambio motivados en sus fuerzas no en las nuestras, y con total libertad, en santo temor, reverencia, no le oculte nada, pues él es nuestro Dios, pues él conoce lo que padecemos y sabe cómo podemos vencer en él y que nuestro testimonio sea fortalecido porque estamos de paso por este mundo mientras esperamos ir a reunirnos con él.
¡Dios le bendiga!

Hebreos 4:1-16

1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.
2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:
Por tanto, juré en mi ira,
No entrarán en mi reposo;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.
4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.
6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia,
7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones.
8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día.
9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.
10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.
11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.
12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
*14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro*.

Hebreos 3:1-19






¡Dios les bendiga!

Hebreos 3:1-19 
1 Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
2 el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.
3 Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
4 Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.
5 Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
6 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,
8 No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,
9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron,
Y vieron mis obras cuarenta años.
10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,
Y dije: Siempre andan vagando en su corazón,
Y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo.
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;
13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
14 Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio,
15 entre tanto que se dice:
Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
16 ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés?
17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?
18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?
19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Hebreos 2:1-18


¡Dios les bendiga!

Hebreos 2:1-18


1 Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.
2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,
3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,
4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
5 Porque no sujetó a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando;
6 pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que le visites?
7 Le hiciste un poco menor que los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le pusiste sobre las obras de tus manos;
8 Todo lo sujetaste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sujetó todas las cosas, nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le sean sujetas.
9 Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
10 Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.
11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,
12 diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te alabaré.
13 Y otra vez:
Yo confiaré en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.
14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Hebreos 1:1-14


¡Dios les bendiga esta mañana!

Hebreos 1:1-14


1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
4 hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Mi Hijo eres tú,
Yo te he engendrado hoy,
y otra vez:
Yo seré a él Padre,
Y él me será a mí hijo?
6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.
7 Ciertamente de los ángeles dice:
El que hace a sus ángeles espíritus,
Y a sus ministros llama de fuego.
8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino.
9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros.
10 Y:
Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra,
Y los cielos son obra de tus manos.
11 Ellos perecerán, mas tú permaneces;
Y todos ellos se envejecerán como una vestidura,
12 Y como un vestido los envolverás, y serán mudados;
Pero tú eres el mismo,
Y tus años no acabarán.
13 Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Siéntate a mi diestra,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
14 ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?

Filemón 1:1-25



Filemón 1:1-25

1 Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo; a Filemón el amado y colaborador nuestro,
2 a la hermana Apia, a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:
3 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
4 Doy gracias siempre a mi Dios, haciendo mención de ti en mis oraciones;
5 porque oigo del amor y de la fe que tienes para con el Señor Jesús y hacia todos los santos,
6 de manera que la comunión de tu fe ha venido a ser eficaz en el pleno conocimiento de todo lo bueno que hay en nosotros para la gloria de Cristo.
7 Porque tuve gran gozo y aliento por tu amor, pues los corazones de los santos, oh hermano, han sido confortados por medio tuyo.
8 Por lo tanto, aunque tengo mucha confianza en Cristo para ordenarte lo que conviene,
9 más bien intercedo en amor siendo como soy, Pablo anciano y ahora también prisionero de Cristo Jesús;
10 intercedo ante ti en cuanto a mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones.
11 En otro tiempo él te fue inútil; pero ahora es útil, tanto para ti como para mí.
12 Te lo vuelvo a enviar, a él que es mi propio corazón.
13 Yo deseaba retenerlo conmigo, para que en tu lugar me sirviera en mis prisiones por el evangelio.
14 Pero sin tu consentimiento no quise hacer nada, para que tu bondad no fuera como por obligación, sino de buena voluntad.
15 Pues quizás por esta razón se apartó por un tiempo, para que lo recibas ahora para siempre;
16 ya no como a un esclavo, sino más que esclavo, como a un hermano amado, especialmente para mí, pero con mayor razón para ti, tanto en la carne como en el Señor.
17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo
18 Si en algo te hizo daño, o te debe, ponlo a mi cuenta.
19 Yo, Pablo, lo escribo con mi propia mano: Yo lo pagaré; por no decirte que también tú mismo te me debes a mí.
20 Sí, hermano, yo quisiera tener este beneficio de ti en el Señor: ¡Conforta mi corazón en el Señor!
21 Habiendo confiado en tu obediencia, te escribo sabiendo que harás aun más de lo que digo.
22 A la vez, prepárame también alojamiento, pues espero que mediante vuestras oraciones yo os sea concedido.
23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,
24 y mis colaboradores Marcos, Aristarco, Demas y Lucas.
25 La gracia del Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu.

ONÉSIMO
Significado en griego: útil, provechoso.
Era un esclavo, un obrero.
Huyó de su amo "Filemón" en Colosas.
Conoció a "Pablo" en la prisión, se convirtió al Señor y sirvió al apóstol.
"Pablo y Timoteo" escriben a "Filemón" para que "Onésimo" fuese reintegrado sin ser castigado por la grave falta que había cometido.
"Pablo" ofrece saldar la deuda, pero también le da una orden para ser obedecida espiritualmente y también le da a conocer los nuevos atributos de "Onésimo" :"Amado y Fiel hermano" y lo recomienda a "Apia; Arquipo y a la iglesia local en su nueva fase espiritual.

Me pregunto de qué manera usted está siendo recomendado para servir a otros en su iglesia local después de ser transformado por la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

¡Dios les bendiga!

"Requisitos de los ancianos". Tito 1:1-16


"Requisitos de los ancianos".

Tito 1:1-16
1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo según la fe de los elegidos de Dios y el pleno conocimiento de la verdad—la cual es según la piedad
2 basada en la esperanza de la vida eterna, que el Dios que no miente prometió desde antes del comienzo del tiempo,
3 y a su debido tiempo manifestó su palabra en la predicación que se me ha confiado por mandato de Dios nuestro Salvador;
4 a Tito, verdadero hijo según la fe que nos es común: Gracia y paz, de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador.
5 Por esta causa te dejé en Creta: para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras ancianos en cada ciudad, como te mandé.
**6 Sea el anciano irreprensible, marido de una sola mujer,** que tenga hijos creyentes que no sean acusados como libertinos o rebeldes.
7 Porque es necesario que el obispo sea irreprensible como mayordomo de Dios; que no sea arrogante, ni de mal genio, ni dado al vino, ni pendenciero, ni ávido de ganancias deshonestas.
8 Antes bien, debe ser hospitalario, amante de lo bueno, prudente, justo, santo y dueño de sí mismo;
9 que sepa retener la palabra fiel conforme a la doctrina, para que pueda exhortar con sana enseñanza y también refutar a los que se oponen.
10 Porque hay aún muchos rebeldes, habladores de vanidades y engañadores, especialmente de los de la circuncisión.
11 A ellos es preciso tapar la boca, pues por ganancias deshonestas trastornan casas enteras, enseñando lo que no es debido.
12 Uno de ellos, su propio profeta, ha dicho: "Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones perezosos."
13 Este testimonio es cierto. Por tanto, repréndeles severamente para que sean sanos en la fe,
14 no atendiendo a fábulas judaicas ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
15 Para los que son puros, todas las cosas son puras; pero para los impuros e incrédulos nada es puro, pues hasta sus mentes y sus conciencias están corrompidas.
16 Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son abominables, desobedientes y reprobados para toda buena obra.

La conducta del creyente para con el mundo. Tito Capítulo 3:1-14





La conducta del creyente para con el mundo.

Tito Capítulo 3:1-14

1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos para toda buena obra;
2 que no hablen mal de nadie, que no sean contenciosos sino amables, demostrando toda consideración por todos los hombres.
3 Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Eramos aborrecibles, odiándonos unos a otros.
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor por los hombres,
5 él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia; por medio del lavamiento de la regeneración y de la renovación del Espíritu Santo,
6 que él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
7 Y esto, para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.
8 Fiel es esta palabra. Acerca de estas cosas, quiero que hables con firmeza, para que los que han creído en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.
9 Pero evita las contiendas necias, las genealogías, las controversias y los debates acerca de la ley; porque de nada aprovechan y son vanos.
10 Después de una y otra amonestación, rechaza al hombre que causa divisiones,
11 sabiendo que el tal se ha pervertido y peca, habiéndose condenado a sí mismo.
12 Cuando yo envíe a ti a Artemas o a Tíquico, procura venir a mí a Nicópolis, pues allí he decidido pasar el invierno.
13 Encamina a Zenas, maestro de la ley, y a Apolos, para que no les falte nada.
**14 Y aprendan los nuestros a dedicarse a las buenas obras para los casos de necesidad, con el fin de que no sean sin fruto.**
15 Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros.

¡Dios les bendiga!