lunes, 28 de julio de 2014

"Limpieza diaria".


1 de Juan 1:9



Si confesamos nuestros pecados,

él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad.


Al leer el capítulo 1 de "Primera de Juan",

desde el versículo 5 al 10, podemos observar que la indicación apunta a los creyentes en Cristo en su vida y comunión con Dios.


Confesar nuestros pecados indica una acción que "no requiere de intermediarios humanos" para ser perdonados, es un acto voluntario y diario frente a Dios, por medio de Jesucristo, su Hijo, nuestro Salvador, porque es una examinación vital para proseguir  nuestra vida cristiana.



Confesar deriva de la palabra griega:" jomolegeo" que quiere decir: "hablar la misma cosa":... jomos, mismo; legos, hablar. Asentir, estar de acuerdo.


Si digo estar en la luz, debo estar posicionalmente "en y al lado" de Cristo en un mismo sentir, despejando cualquier escollo pecaminoso, mediante el acto de la confesión interna por medio de Cristo, porque él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad.


Nuestra comunión con nuestros hermanos necesariamente radica es este acto diario y sugiere confesión mutua si hay algún agravio entre nosotros, porque las raíces de amargura tienden a enraizarse en el corazón y hieren a la iglesia como cuerpo y permite que el pecado ensucie y  nuble la visión a la cual estamos llamados.



¿Usted quiere andar siempre en la luz de Cristo?



Camine como un verdadero hijo de Dios y deje que su palabra more en abundancia en su corazón.



¡ Dios le bendiga !

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