sábado, 19 de octubre de 2013

¿Cansado y sin fuerzas?



Estuvimos hace unos días en el paseo anual 

del Pic-Nic familiar de iglesias, aprovechando
de distendernos en actividades recreativas y 
concursar en diversas pruebas.

Se me ocurrió correr con una buena amiga y 
hermana en la carrera de damas; nos reíamos 
a carcajadas de nuestro intento, ella fué mejor 
que yo, y obviamente quedé atrás, provocando 
las risas de mi marido e hija con los consabidos 
chistecitos, y quedé  hecha trapo con esa intentona 
de reinvindicar la edad.

Sin duda, la salud, agilidad y destreza cuentan a 
la hora de participar, pero el buen humor también 
es indispensable, así que en esa área, la prueba 
estaba superada.

Con todo, nuestra iglesia ganó el "segundo lugar"
en las pruebas generales, y el triunfo lo gritamos 
como si fuera el primero, muertos de la risa y 
saltando como cabritos en la pradera.

Sé ,que no a todo el mundo le gusta perder 
y se deprimen o fustran de manera agónica 
y no pueden superar los eventos sin querer 
una revancha.

Pensando en esto de ganar y superarse a 
pesar de las circunstancias, les escribo 
algo que me tiene meditando hace varios 
días...

Temprano en la mañana, leía el libro de
"Job" nuevamente, aunque varias veces 
tuve que detenerme y orar porque mi alma
había sido tocada.

¡Qué duro tiempo para Job !

Cayó en depresión, se angustió su alma.

Él había perdido todo en la carrera de la
vida hasta ese minuto, no le quedaban 
fuerzas, buscaba y no encontraba explicación
de lo que le acontecía, sólo esperaba su muerte 
para acabar con la incertidumbre, pues el 
sostenía en su defensa que Dios conocía su 
andar y que nada malo había hecho.

Cuando Job estaba en esto, sus amigos
vinieron para consolarle, más como siempre
ocurre, cuando la gente no ve que se levantan,
entran en juicio sobre la desgracia del otro,
fué  hostigado y acusado, porque según ellos,
algún pecado oculto debía haber tenido para
estar bajo aquella situación extrema y como 
consecuencia se acrecentó la agonía de Job
y esto lo llevó al fondo del desánimo.

Más Dios le muestra a Job que sólo Él 
conocía el propósito de aquella situación
y que él le daría la victoria, porque Dios
conocía la fidelidad de Job independiente
de las circunstancias y de su ánimo.

Así que le habla de forma personal 
y activa, le muestra que en su soberanía
nada escapa de su mano y que aunque
él no entienda el asunto, Dios estaba trás
ello, preparando el camino a la meta final,
con un hermoso trofeo para su vida.

Cuando veo esta cercanía tan estrecha
entre Dios y Job ,le alabo.

Al tener este encuentro con Dios, Job 
reconoció su pequeñéz, arrepintiéndose
de su ignorancia frente a Dios y procede
con humildad, poniéndose a disposición
para ser enseñado.
¡Qué privilegió y enorme premio, Dios le
tenía a Job al concluir la prueba, le dió 
dos veces más de lo que tenía y le concedió
hijos e hijas y le alargó sus días de vida 
para ver hasta la cuarta generación de su
descendencia y luego murió.

Concluyo con esto:

En la vida cristiana siempre hay ocasiones
en que solemos perder en cualquier área y 
nos abatimos y sentimos que todo está 
fuera de control, pero es un tiempo de aprendizaje 
(aunque no entendamos en el minuto del dolor)
 para levantarnos y ganar en la vida cristiana.

Nadie está exento de ser fortalecido, si clama 
desde lo profundo de su corazón; porque Dios
no cierra sus oídos al clamor de sus hijos en 
donde quiera que estén.

"En el día que clamé ,me respondiste;
Me fortaleciste con vigor en mi alma".
Salmos 138:3

Ahora, si usted aún no ha conocido de 
"Su cercanía", le invito a acercarse 
voluntariamente, en una oración personal
en el "nombre de Jesús", con un corazón 
rendido, arrepintiéndose de su incredulidad 
y su mal andar, permitiendo que él limpie su 
vida, le quite los estorbos y allane la pista 
para comenzar esta  carrera y Él será
cercano a su vida, porque habitará en usted
para siempre.

Escucha te ruego, y hablaré.
Te preguntaré y tú me enseñarás.
De oídas te conocía,
más ahora mis ojos te ven .
Por eso me aborrezco
y me arrepiento en polvo y ceniza.
   Job 42: 4-5-6
(Versión Reina Valera 1995)

No dejo de emocionarme al invitarle, porque 
sé que usted oirá y clamará a Dios y él le será
un "Padre Eterno" mediante Jesucristo su amado
hijo y mi eternal Salvador.

¡Dios le bendiga ricamente su vida !

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