Estuvimos hace unos días en el paseo anual
del Pic-Nic familiar de iglesias, aprovechando
de distendernos en actividades recreativas y
concursar en diversas pruebas.
Se me ocurrió correr con una buena amiga y
hermana en la carrera de damas; nos reíamos
a carcajadas de nuestro intento, ella fué mejor
que yo, y obviamente quedé atrás, provocando
las risas de mi marido e hija con los consabidos
chistecitos, y quedé hecha trapo con esa intentona
de reinvindicar la edad.
Sin duda, la salud, agilidad y destreza cuentan a
la hora de participar, pero el buen humor también
es indispensable, así que en esa área, la prueba
estaba superada.
Con todo, nuestra iglesia ganó el "segundo lugar"
en las pruebas generales, y el triunfo lo gritamos
como si fuera el primero, muertos de la risa y
saltando como cabritos en la pradera.
Sé ,que no a todo el mundo le gusta perder
y se deprimen o fustran de manera agónica
y no pueden superar los eventos sin querer
una revancha.
Pensando en esto de ganar y superarse a
pesar de las circunstancias, les escribo
algo que me tiene meditando hace varios
días...
Temprano en la mañana, leía el libro de
"Job" nuevamente, aunque varias veces
tuve que detenerme y orar porque mi alma
había sido tocada.
¡Qué duro tiempo para Job !
Cayó en depresión, se angustió su alma.
Él había perdido todo en la carrera de la
vida hasta ese minuto, no le quedaban
fuerzas, buscaba y no encontraba explicación
de lo que le acontecía, sólo esperaba su muerte
para acabar con la incertidumbre, pues el
sostenía en su defensa que Dios conocía su
andar y que nada malo había hecho.
Cuando Job estaba en esto, sus amigos
vinieron para consolarle, más como siempre
ocurre, cuando la gente no ve que se levantan,
entran en juicio sobre la desgracia del otro,
fué hostigado y acusado, porque según ellos,
algún pecado oculto debía haber tenido para
estar bajo aquella situación extrema y como
consecuencia se acrecentó la agonía de Job
y esto lo llevó al fondo del desánimo.
Más Dios le muestra a Job que sólo Él
conocía el propósito de aquella situación
y que él le daría la victoria, porque Dios
conocía la fidelidad de Job independiente
de las circunstancias y de su ánimo.
Así que le habla de forma personal
y activa, le muestra que en su soberanía
nada escapa de su mano y que aunque
él no entienda el asunto, Dios estaba trás
ello, preparando el camino a la meta final,
con un hermoso trofeo para su vida.
Cuando veo esta cercanía tan estrecha
entre Dios y Job ,le alabo.
Al tener este encuentro con Dios, Job
reconoció su pequeñéz, arrepintiéndose
de su ignorancia frente a Dios y procede
con humildad, poniéndose a disposición
para ser enseñado.
¡Qué privilegió y enorme premio, Dios le
tenía a Job al concluir la prueba, le dió
dos veces más de lo que tenía y le concedió
hijos e hijas y le alargó sus días de vida
para ver hasta la cuarta generación de su
descendencia y luego murió.
Concluyo con esto:
En la vida cristiana siempre hay ocasiones
en que solemos perder en cualquier área y
nos abatimos y sentimos que todo está
fuera de control, pero es un tiempo de aprendizaje
(aunque no entendamos en el minuto del dolor)
para levantarnos y ganar en la vida cristiana.
Nadie está exento de ser fortalecido, si clama
desde lo profundo de su corazón; porque Dios
no cierra sus oídos al clamor de sus hijos en
donde quiera que estén.
"En el día que clamé ,me respondiste;
Me fortaleciste con vigor en mi alma".
Salmos 138:3
Ahora, si usted aún no ha conocido de
"Su cercanía", le invito a acercarse
voluntariamente, en una oración personal
en el "nombre de Jesús", con un corazón
rendido, arrepintiéndose de su incredulidad
y su mal andar, permitiendo que él limpie su
vida, le quite los estorbos y allane la pista
para comenzar esta carrera y Él será
cercano a su vida, porque habitará en usted
para siempre.
Escucha te ruego, y hablaré.
Te preguntaré y tú me enseñarás.
De oídas te conocía,
más ahora mis ojos te ven .
Por eso me aborrezco
y me arrepiento en polvo y ceniza.
Job 42: 4-5-6
(Versión Reina Valera 1995)
No dejo de emocionarme al invitarle, porque
sé que usted oirá y clamará a Dios y él le será
un "Padre Eterno" mediante Jesucristo su amado
hijo y mi eternal Salvador.
¡Dios le bendiga ricamente su vida !
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