domingo, 19 de julio de 2015

"Estudiando con ánimo la Palabra de Dios".





Cuando visito a mi madre, siempre la veo en alguna actividad, no en aquellas que son las rutinarias, sino en aquellas netamente femeninas, esas que nos relajana a una hora determinada del día.
Pintar telas, tejer a crochet o a palillos; 
bordar con cintas de colores o hilos en punto cruz sobre una red; bordar en un pañuelo o en una tela.
Lo que me causa asombro en su hábito, es la tenacidad al dedicarle tiempo a los detalles para acabar su labor con esmero y cuando lo logra, una de mis hermanas le enmarca su trabajo y lo cuelga en la pared de la casa, a modo de trofeo, para que cuando le visitemos admiremos las maravillas de su trabajo.

Y así deberíamos ser en el hábito de leer la Palabra de Dios.
Pues esto procede de un querer andar y hacer la voluntad de Dios día en día.
El deseo de indagar en la lectura, observando cada enseñanza y el detalle sobre cada palabra para la correcta interpretación, derivará en la consecuencia inmediata sobre la aplicación en nuestras acciones diarias y por ende, ellas comprometerán un crecimiento y madurez paulatino en nuestras vidas.

¿Quiere que su bordado o tejido espiritual quedé perfecto?

Entonces siga las instrucciones al pie de la letra en su Biblia cada día.

Que Dios la bendiga y anime en el nuevo habito de leer y estudiar Su palabra cada día.

Su servidora...

Verónica


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