sábado, 18 de noviembre de 2017

Hebreos 6:1-20




Hebreos 6:1-20

1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios,
2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.
4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,
5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,
6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
7 Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios;
8 pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
9 Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así.
10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,
12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo,
14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente.
15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación.
17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento;
18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,
20 donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

Los creyentes de aquel tiempo estaban próximos a la gran persecución que les asolaría y por miedo querían volver al judaísmo, a intentar llevar la vida cristiana por la ley, lo cual les haría retroceder pues se negaría la eficacia del sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz.
Queremos enfatizar que la salvación no se pierde, pues tenemos vida eterna y él que nos otorga esta vida no miente y nos sujeta en su mano
La seguridad de la salvación de los cristiano radica en la fe en Cristo, el verdadero Salvador, que actúa constantemente para perdón de pecados, pues como pecadores perdonados tenemos el privilegio de ir al trono de la gracia para ser restaurados de nuestro mal andar y de tener a Cristo que aboga constantemente por nosotros,él es nuestro intermediario y sacerdote que aboga por nosotros ante el Padre.
El pasaje también se refiere también al obrar en nuestra vida, y de ser consecuente en nuestra nueva vida en Él. De un girar en "360 grados" a una nueva vida, al fruto del verdadero arrepentimiento, que como consecuencia nos permite obrar con eficacia en la vida cristiana con un testimonio vivo, pleno en fidelidad hacia nuestro Dios, y que sea de ejemplo, cimentado en la esperanza eterna y ser bendecido cuando tengamos que rendir cuentas ante él.
Sabemos que todos nosotros debemos mostrar solicitud ,prontitud en nuestra labor para que muchos sean salvos por tanto crezca y edifíquese en Su palabra y madure espiritualmente con Su ayuda.

¡Dios les bendiga!

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