sábado, 18 de noviembre de 2017

Hebreos 8:1-13



Continuemos nuestra lectura bíblica...


Hebreos 8:1-13

1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
8 Porque reprendiéndolos dice:
He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
9 No como el pacto que hice con sus padres
El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
Porque ellos no permanecieron en mi pacto,
Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
11 Y ninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Porque todos me conocerán,
Desde el menor hasta el mayor de ellos.
12 Porque seré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

El Señor Jesucristo es nuestro Sacerdote y habita en Su tabernáculo con ministración eterna, pues él resucitó; y su ejercicio en el servicio al creyente es permanente y su comunicación es activa, pues está sentado a la diestra de Dios, pues completó en la cruz la obra de la redención para todo aquel que en él cree .
¿Puede usted quejarse de que nuestro sumo Sacerdote no le escucha o que no provee para usted solución en sus graves problemas?
Por cierto que no.
La ineficacia del cumplimiento del primer pacto bajo la ley de parte de los hombres hace que Dios provea de un segundo pacto, debido a la naturaleza pecaminosa del hombre.
En Cristo Jesús se hace valedero y el tiempo de la gracia permite acceder a éste mediante su sacrificio.
Está en usted, que aún no conoce al Salvador, a una oración de distancia; experimentar este nuevo nacimiento y mediante Su sangre ser lavado y mediante el Espíritu Santo ser renovado día trás día.
¡Dios les bendiga!

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