domingo, 30 de septiembre de 2018

Génesis 3:1-24



Génesis 3:1-24

1  Pero la serpiente  era astuta,  más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho;  la cual dijo a la mujer:  ¿Conque Dios os ha dicho:  No comáis de todo árbol del huerto?
2  Y la mujer respondió a la serpiente:  Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3  pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:  No comeréis de él,  ni le tocaréis,  para que no muráis.
4  Entonces la serpiente dijo a la mujer:  No moriréis;
5  sino que sabe Dios que el día que comáis de él,  serán abiertos vuestros ojos,  y seréis como Dios,  sabiendo el bien y el mal.
6  Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer,  y que era agradable a los ojos,  y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría;  y tomó de su fruto,  y comió;  y dio también a su marido,  el cual comió así como ella.
7  Entonces fueron abiertos los ojos de ambos,  y conocieron que estaban desnudos;  entonces cosieron hojas de higuera,  y se hicieron delantales.
8  Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto,  al aire del día;  y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
9  Mas Jehová Dios llamó al hombre,  y le dijo:  ¿Dónde estás tú?
10  Y él respondió:  Oí tu voz en el huerto,  y tuve miedo,  porque estaba desnudo;  y me escondí.
11  Y Dios le dijo:  ¿Quién te enseñó que estabas desnudo?  ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?
12  Y el hombre respondió:  La mujer que me diste por compañera me dio del árbol,  y yo comí.
13  Entonces Jehová Dios dijo a la mujer:  ¿Qué es lo que has hecho?  Y dijo la mujer:  La serpiente me engañó,  y comí.
14  Y Jehová Dios dijo a la serpiente:  Por cuanto esto hiciste,  maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;  sobre tu pecho andarás,  y polvo comerás todos los días de tu vida.
15  Y pondré enemistad entre ti y la mujer,  y entre tu simiente y la simiente suya;  ésta te herirá en la cabeza,  y tú le herirás en el calcañar.
16  A la mujer dijo:  Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;  con dolor darás a luz los hijos;  y tu deseo será para tu marido,  y él se enseñoreará de ti.
17  Y al hombre dijo:  Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer,  y comiste del árbol de que te mandé diciendo:  No comerás de él;  maldita será la tierra por tu causa;  con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18  Espinos y cardos te producirá,  y comerás plantas del campo.
19  Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,  porque de ella fuiste tomado;  pues polvo eres,  y al polvo volverás.
20  Y llamó Adán el nombre de su mujer,  Eva,  por cuanto ella era madre de todos los vivientes.
21  Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles,  y los vistió.
22  Y dijo Jehová Dios:  He aquí el hombre es como uno de nosotros,  sabiendo el bien y el mal;  ahora,  pues,  que no alargue su mano,  y tome también del árbol de la vida,  y coma,  y viva para siempre.
23  Y lo sacó Jehová del huerto del Edén,  para que labrase la tierra de que fue tomado.
24  Echó,  pues,  fuera al hombre,  y puso al oriente del huerto de Edén querubines,  y una espada encendida que se revolvía por todos lados,  para guardar el camino del árbol de la vida.


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